domingo, 5 de junio de 2016

Shangri-la...

Este nombre hace referencia a una hipotética ciudad escondida en el Himalaya donde todos sus habitantes alcanzan la felicidad eterna y son prácticamente inmortales. Lejos de la realidad este nombre me lo ofreció el hospitalero de Cacabelos para describirme irónicamente la olla del bierzo donde este pueblo convive entre montañas en sus cuatro puntos cardinales, donde las viñas tienen denominación de origen y la climatología no tiene nada que envidiar al sur. Día de ruta calurosa entre viñedos, río donde refrescar los pies, albergue estupendo de casitas de madera alrededor de una iglesia donde San Antonio de Padua juega a las cartas con el niño Jesús.


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