Donde muere el sol

Salí a buscar mi sombra por los acantilados...

a buscar nuevos dioses en otros lugares.

Salí a buscar cumbres que me llevaran a la luna...

o a descubrir nuevos planetas...

donde encontrar más estaciones vacías...

con sus respectivos trenes a ninguna parte...

o duendes a los que contar mis historias...

incluso en las entrañas de la tierra...

Hasta que un oráculo me dijo...

mira las cosas desde la distancia...

e intenta adivinar sus historias con lo que ves,...

aprende otras formas de entender la vida...

y sigue al sol aunque deslumbre...

porque a través de la luz verás...

y comprenderás que todos somos sombras...

de un lugar a otro buscando un destino...

y alguien con quién ver morir el sol...

esperando que un faro ilumine nuestros pasos al volver a casa...

De oca en oca

Si es cierto que el tablero de la oca está relacionado con el camino de Santiago tengo muy claro que Santiago es la casilla de la muerte aunque muchos piensen que es la gran oca final. La razón, muy sencilla. El camino no acaba en Santiago, el ritual más importante de purificación del camino se celebra en finisterre y no solo de este camino. Antes que los cristianos encontraran la tumba del apostol este camino era transitado por romanos y era llamado el camino de Ianus y antes incluso de eso ya era transitado por druidas celtas en homenaje a Lugh. El motivo de porque caminas no es visitar Santiago, es caminar por una senda ancestral de energías telúricas que predisponen al cuerpo y al alma a una experiencia energética diferente y renovadora. Si caminan hacia Santiago no termineis allí sino en el Finis Terrae porque Santiago es la hucha del camino con un lacito rojo.

Casal de Calma

Ya esta todo dicho, la recta final hacia Santiago, los peregrinos llegan en grandes bandadas celebrando que es la víspera a su entrada a la ciudad del apóstol. Y en mitad de la tormenta un poco de calma, unos vinos distendidos, conversación agradable, como de otros tiempos, como si fueran los ecos de un pasado que nunca se fue. Arca no solo es la antesala a la ciudad Santa. También fue lugar de reunión de peregrinos antes de seguir hacia donde muere el sol, donde se acaba el mundo conocido y donde se quema todo el mal que arrastramos con nosotros. Y el casal seguirá esperándonos para brindar por el viaje una vez más.

Senda de Gaia

Cuanto más te adentras en los bosques gallegos mejor puedes sentir que el pasado pertenece al culto a la naturaleza. Robles milenarios cubiertos de musgo, piedras que si hablaran tendrían tomos que decir, y una sensación de desasosiego cuando pienso que con la desaparición de los druidas perdimos una parte importante de nosotros mismos. Santiago esta cerca, así que para grabar el sabor de boca a naturaleza un oasis en el camino es ribadiso da baixo. Llegas a través de un formidable paseo entre robles, pasando un puente de piedra romano que te vigila con su único ojo , a continuación un antiguo hospital de peregrinos de San Antón transformado en albergue , el mesón y al final el albergue Los caminantes que guarda el misterio de unos ojos.

Cruce de caminos

Un nuevo cruce de caminos, una nueva ola de peregrinos se unen desde el camino primitivo. El camino original, el que hizo Alfonso segundo el casto desde Oviedo a la tumba del apostol en Compostela (campo de estrellas). Un cruce siempre es bienvenido y aporta sabia nueva al camino. Ya queda menos y cada vez somos mas los que nos acercamos a Santiago... a pesar de que en el estupendo albergue en el que nos quedamos, precisamente con el nombre del rey que realizó la primera peregrinación, no fueramos más que cuatro peregrinos los que nos quedamos. magnificas las instalaciones, estupenda la acogida. Marcando la diferencia entre lo que es un albergue y un hostal.

Puente sobre el río Miño

Ya desde lejos se vislumbraba el río Miño y en la ribera de enfrente se veía Portomarín, la ciudad nueva, porque la antigua duerme bajo el embalse del belesar menos la iglesia de San Nicolás que fue, piedra sobre piedra, rescatada y montada en la nueva Portomarín. Cuando lleganos a la ciudad nos esperaban unas escaleras de piedra del antiguo puente sobre el río y pasamos bajo el arco de la capilla de las Nieves. Día de mercado en la villa así que aprovechamos para comprar chorizo , queso y pan caseros y comer pulpo a feira.

Rumbo a la espesura

Después de pasar noche al asilo de un monasterio centenario, en mitad de bosques de robles y después de coger una bifurcación que se lleva a los peregrinos que creen que la vida transcurre por el sendero más corto, nos tocó darnos de cruces con una realidad incómoda que es la que se vive al llegar a Sarria. No es que quiera yo ahora ser más peregrino que nada pero sin duda si hay algo que convierte la peregrinación en un reto es una serie de valores a cumplir como son caminar cada día mientras tus pies lo permitan, transportar el peso de tus propias posesiones necesarias para la peregrinación y abrir el espíritu a los demás caminantes y agradecer lo que un albergue te da sin exigencias. Digo esto porque a partir de Sarria empiezan los 100 últimos kilómetros de camino necesarios para que te regalen la Compostela y encuentras con abundancia a los turigrinos que paseando por el camino sin mochila, sin modales y sin vergüenza. Comparto camino gustoso con ellos pero no pretendo sentarme en un recodo del camino a hablar del sexo de los ángeles, más que nada porque pertenecemos a planos mentales diferentes. Antes de que las sombras se ciernan sobre mi entro en un milenario bosque de robles y el verde sobre verde me transporta de nuevo a ecos de aldeas celtas y druidas buscando muérdago.