De oca en oca

Si es cierto que el tablero de la oca está relacionado con el camino de Santiago tengo muy claro que Santiago es la casilla de la muerte aunque muchos piensen que es la gran oca final. La razón, muy sencilla. El camino no acaba en Santiago, el ritual más importante de purificación del camino se celebra en finisterre y no solo de este camino. Antes que los cristianos encontraran la tumba del apostol este camino era transitado por romanos y era llamado el camino de Ianus y antes incluso de eso ya era transitado por druidas celtas en homenaje a Lugh. El motivo de porque caminas no es visitar Santiago, es caminar por una senda ancestral de energías telúricas que predisponen al cuerpo y al alma a una experiencia energética diferente y renovadora. Si caminan hacia Santiago no termineis allí sino en el Finis Terrae porque Santiago es la hucha del camino con un lacito rojo.

Casal de Calma

Ya esta todo dicho, la recta final hacia Santiago, los peregrinos llegan en grandes bandadas celebrando que es la víspera a su entrada a la ciudad del apóstol. Y en mitad de la tormenta un poco de calma, unos vinos distendidos, conversación agradable, como de otros tiempos, como si fueran los ecos de un pasado que nunca se fue. Arca no solo es la antesala a la ciudad Santa. También fue lugar de reunión de peregrinos antes de seguir hacia donde muere el sol, donde se acaba el mundo conocido y donde se quema todo el mal que arrastramos con nosotros. Y el casal seguirá esperándonos para brindar por el viaje una vez más.

Senda de Gaia

Cuanto más te adentras en los bosques gallegos mejor puedes sentir que el pasado pertenece al culto a la naturaleza. Robles milenarios cubiertos de musgo, piedras que si hablaran tendrían tomos que decir, y una sensación de desasosiego cuando pienso que con la desaparición de los druidas perdimos una parte importante de nosotros mismos. Santiago esta cerca, así que para grabar el sabor de boca a naturaleza un oasis en el camino es ribadiso da baixo. Llegas a través de un formidable paseo entre robles, pasando un puente de piedra romano que te vigila con su único ojo , a continuación un antiguo hospital de peregrinos de San Antón transformado en albergue , el mesón y al final el albergue Los caminantes que guarda el misterio de unos ojos.

Cruce de caminos

Un nuevo cruce de caminos, una nueva ola de peregrinos se unen desde el camino primitivo. El camino original, el que hizo Alfonso segundo el casto desde Oviedo a la tumba del apostol en Compostela (campo de estrellas). Un cruce siempre es bienvenido y aporta sabia nueva al camino. Ya queda menos y cada vez somos mas los que nos acercamos a Santiago... a pesar de que en el estupendo albergue en el que nos quedamos, precisamente con el nombre del rey que realizó la primera peregrinación, no fueramos más que cuatro peregrinos los que nos quedamos. magnificas las instalaciones, estupenda la acogida. Marcando la diferencia entre lo que es un albergue y un hostal.

Puente sobre el río Miño

Ya desde lejos se vislumbraba el río Miño y en la ribera de enfrente se veía Portomarín, la ciudad nueva, porque la antigua duerme bajo el embalse del belesar menos la iglesia de San Nicolás que fue, piedra sobre piedra, rescatada y montada en la nueva Portomarín. Cuando lleganos a la ciudad nos esperaban unas escaleras de piedra del antiguo puente sobre el río y pasamos bajo el arco de la capilla de las Nieves. Día de mercado en la villa así que aprovechamos para comprar chorizo , queso y pan caseros y comer pulpo a feira.

Rumbo a la espesura

Después de pasar noche al asilo de un monasterio centenario, en mitad de bosques de robles y después de coger una bifurcación que se lleva a los peregrinos que creen que la vida transcurre por el sendero más corto, nos tocó darnos de cruces con una realidad incómoda que es la que se vive al llegar a Sarria. No es que quiera yo ahora ser más peregrino que nada pero sin duda si hay algo que convierte la peregrinación en un reto es una serie de valores a cumplir como son caminar cada día mientras tus pies lo permitan, transportar el peso de tus propias posesiones necesarias para la peregrinación y abrir el espíritu a los demás caminantes y agradecer lo que un albergue te da sin exigencias. Digo esto porque a partir de Sarria empiezan los 100 últimos kilómetros de camino necesarios para que te regalen la Compostela y encuentras con abundancia a los turigrinos que paseando por el camino sin mochila, sin modales y sin vergüenza. Comparto camino gustoso con ellos pero no pretendo sentarme en un recodo del camino a hablar del sexo de los ángeles, más que nada porque pertenecemos a planos mentales diferentes. Antes de que las sombras se ciernan sobre mi entro en un milenario bosque de robles y el verde sobre verde me transporta de nuevo a ecos de aldeas celtas y druidas buscando muérdago.

Los sueños de Samos

El año pasado una peregrina danesa me dijo que la primera vez que durmió en el albergue del monasterio de Samos tuvo un sueño precioso. Yo también tuve un sueño y lo manifesté en voz alta. dije que me gustaría volver a ese albergue pero como hospitalero. La realidad es que volvía a ver un albergue que, a pesar que no reune buenas condiciones, está repleto de pinturas simulando al románico en todos sus muros y pertenece a tan emblemático monasterio lo hace un sitio especial. El caso es que volvía como peregrino pero la sorpresa sería que a los diez minutos de estar allí el hospitalero Jesús me pidiera si podía estar pendiente del albergue el tiempo que ellos estaban comiendo con los monjes, ya que tenían horarios muy estrictos, para no tener que cerrar y evitar esperas a los peregrinos que llegaran cansados. Por algo más de una hora fui hospitalero del albergue que desee tan solo hace unos meses. Casualidades pero... Ten cuidado con lo que deseas porque podría cumplirse.

El cielo de Gallaecia

Mal día para madrugar. La lluvia caía imperturbable y hacía lento el avance entre rocas y barro. No amainó hasta las 9 y a esa hora ya habíamos atravesado las dos terceras partes de la subida. Disfrutamos, eso sí de unas bonitas brumas que se arremolinaban en los riscos de los valles circundantes. Paramos en Santa María de O Cebreiro a ver el Cáliz que obró el milagro de la sangre y que insinuan pudo ser el Grial de la última cena. Con buen ritmo coronamos el alto de San roque haciendo cosquillas al viento y nos agarramos bien los fardos para subir el último repecho del alto do poio después de haber tocado la campana de la iglesia de San Xoan para espantar a os demos. A partir de allí todo fue bajada a los infiernos rodeados de piedras y cascotes sueltos que terminaron con nuestros huesos doloridos en un gran albergue en fonfría, típica aldea gallega, rodeados de campo y vacas.

el gigante dormido

Saliendo de la ciudad de los poetas nos hemos dedicado a seguir toda la jornada el cauce de un río que serpenteaba entre valles buscando su nacimiento, lo que da a entender perfectamente que en tiempos anteriores a Santiago este era llamado el camino de las serpientes, hasta encontrarnos con el pie gris de O Cebreiro, la puerta de piedra que marca la entrada en el cielo de Gallaecia. En las herrerías buscamos el calor de una sopa y aguardamos a la mañana para escalar el gigante de piedra dormido.

La ciudad sumergida

Entrar a la villa pasando junto a la puerta del perdón, detenerse a contemplar el castillo de los marqueses, bajar por el callejón del agua y encontrar tu albergue, que otrora fuera un mesón, junto a la calle del súcubo cuyas paredes están llenas de poesías de otros tiempos grabadas en planchas de barro y va a desembocar al trastero de un escultor reconocido. En el patio de su convento duerme un ciprés de más de cuatrocientos años y en el órgano de la colegiata suena música barroca... una ciudad donde la cultura se esfuerza por seguir inmersa en un pasado glorioso.

Shangri-la...

Este nombre hace referencia a una hipotética ciudad escondida en el Himalaya donde todos sus habitantes alcanzan la felicidad eterna y son prácticamente inmortales. Lejos de la realidad este nombre me lo ofreció el hospitalero de Cacabelos para describirme irónicamente la olla del bierzo donde este pueblo convive entre montañas en sus cuatro puntos cardinales, donde las viñas tienen denominación de origen y la climatología no tiene nada que envidiar al sur. Día de ruta calurosa entre viñedos, río donde refrescar los pies, albergue estupendo de casitas de madera alrededor de una iglesia donde San Antonio de Padua juega a las cartas con el niño Jesús.

La proporción aúrea del camino

Cuando el río suena, agua lleva. Todo el mundo coincide en el camino que si hay un lugar especial esa es la cruz de ferro. Ayer me dijo emocionado un peregrino que si trazas una línea desde el comienzo del camino francés hasta finisterra y calculas su proporción aurea ese punto cae justo en foncebadón, en el monte Irago, en la cruz de ferro. Dice la tradición que hay que cargar una piedra en tu mochila desde casa que simbolice la carga de tus pecados y al dejarla sobre la cruz de ferro puedes continuar tu camino hasta santiago sin el peso de la culpa. Yo este año si llevaba, para mí y para mi padre, pero el año pasado no sabía de ella así que en plena subida me agaché a coger una del camino y me sorprendí de ver que por el otro lado tenía escrita la palabra AY! Feliz por la coincidencia la llevé hasta la cruz pensando que era afortunado de llevar una piedra que había sido antes elegida por otra persona y que probablemente eso le diera un valor añadido... mañana nos adentramos en el bierzo, ya hemos soltado la culpa ahora nos toca ganar la puerta del perdón.

maragatos, gregorianos y otras historias

Está jornada de camino me encanta. Entrando en la maragatería, la dulce subida sazonada por pueblos de nombre tan épico como Murias de Rechivaldo, Santa Catalina de Somoza, el Ganso o Castrillo de Polvazares, para terminar en Rabanal del Camino, fin de la décima etapa del Codex Calixtinus de Americ Picaud, final de trayecto en las faldas del Monte Irago donde puedes degustar el pantagruélico cocido maragato, sazonado por once tipos de carne, y puedes tener la suerte de oír misa cantada en gregoriano por monjes benedictinos. El resto descanso y puesta a punto para la siguiente etapa...cruz de ferro.