jueves, 9 de junio de 2016

El cielo de Gallaecia

Mal día para madrugar. La lluvia caía imperturbable y hacía lento el avance entre rocas y barro. No amainó hasta las 9 y a esa hora ya habíamos atravesado las dos terceras partes de la subida. Disfrutamos, eso sí de unas bonitas brumas que se arremolinaban en los riscos de los valles circundantes. Paramos en Santa María de O Cebreiro a ver el Cáliz que obró el milagro de la sangre y que insinuan pudo ser el Grial de la última cena. Con buen ritmo coronamos el alto de San roque haciendo cosquillas al viento y nos agarramos bien los fardos para subir el último repecho del alto do poio después de haber tocado la campana de la iglesia de San Xoan para espantar a os demos. A partir de allí todo fue bajada a los infiernos rodeados de piedras y cascotes sueltos que terminaron con nuestros huesos doloridos en un gran albergue en fonfría, típica aldea gallega, rodeados de campo y vacas.


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